El pasado fin de semana se llevó a cabo la segunda edición de “La Fiesta Nacional de La Dulce Ciudad”, una fiesta que había se esperaba hace dos años, fiesta que por la pandemia no pudimos disfrutar antes.
Con un marco impresionante la fiesta comenzó el viernes con artistas locales sumándose a la propuestas de Los Pacheco y Nati Pastorutti qué brilló en el escenario. También hubo lugar para el humor de la mano de “El Coto”. Además estuvieron Leandro Lovatto, Los Trashumantes, Amalgama de Pueblos, Los Resonantes, Troperos del Recuerdo y El Gato Artico.
Sin olvidarnos de la presentación del Ballet Xanaes en la apertura y posteriormente el espectáculo de Shamsia.
[ngg src=”galleries” ids=”3″ display=”basic_slideshow” transition_style=”slide” interval=”2000″ transition_speed=”50″]El día sábado el marco fue aún mayor que su jornada anterior, con largas colas en el ingreso. En esta ocasión, en la apertura tuvimos al Ballet Municipal junto al Ballet Cefa, además de la participación de Plie.
La segunda noche no quedó exenta del espectáculo musical ni del humor tampoco, desde Cuento Viejo hasta La China Romero, pero pasando por Los Pachecos (si, por segunda noche consecutiva brillaron en el escenario), Los Copleros, Marisel Gómez, Flavia Hattemer y Fran Silva. Por su parte, el número humorístico estuvo a cargo de Fabio “La Mole” Moli.
[ngg src=”galleries” ids=”4″ display=”basic_slideshow” interval=”2000″ transition_speed=”50″]Sin dudas el número por excelencia fue el de Los Tekis, que hizo vibrar, saltar y bailar a toda la gente que llenó el predio de Atahualpa Yupanqui, en lo que fue sin dudas un espectáculo asombroso.
También hay que destacar la actuación de Flavia Hattemer, Gato Artico y Matías Mendoza, el trío que entonó las estrofas de la canción oficial de la fiesta.
Por otra parte, no todo era música y humor. También había varios “Food tracks” con gran variedad de “comidas del mundo”, desde México a Alemania.
Y cuando decimos que en ésta fiesta hubo de todo, es porque realmente lo fue así, para los niños hubo juegos de todo tipo y no hay que olvidarse de la feria artesanal, una fiesta que nos dio de todo y para todos.
[ngg src=”galleries” ids=”5″ display=”basic_slideshow” interval=”2000″ transition_speed=”50″]Arroyito volvió a sonreír después de años difíciles por la pandemia, la ciudad necesitaba una fiesta así con su gente para recordarle a todos que nunca hay que dejar de apostar por el talento local.
