Recorrido de Arroyito ciudad primera horas y medio día del 1 de enero, y estamos convencidos que el Problema de Cultura y Convivencia será uno de los máximos escollos que deberá sortear la Gestión Benedetti rumbo a una costanera para todos.
Santiago Ferreyra, ¨Trabajamos para que podamos tener una costanera que nos incluya a todos, es una tarea difícil pero no imposible, la intención es clara, Arroyito debe ser un punto turístico que la gente de la región debe visitar, y desde la gestión trabajamos por ello¨
Motos con cuatro ocupantes, música muy alta, autos con mucha velocidad en lugares donde los niños van y vienen, sumado el peligro que se genera a gente que salió a caminar y realizar su tradicional recorrido pese a la festividad.
Muchos cambios se han observado, limpieza en los lugares donde la gente se instala y trata de pasar un momento agradable, también se vio muchos espacios verdes que antes no veíamos tan limpios. Baños funcionando a pleno con personal a cargo de los mismos y damos fe de la limpieza constante de los sanitarios.
El tema cultural y convivencia es la problemática mayor, no terminamos de entender y comprender el derecho de los demás, música a muy alto volumen, el 95 % sin casco, cuatro en una moto, autos con alta velocidad, a todo esto algo positivo le podemos sumar, es que los jóvenes pese a la problemática mencionada se juntan todos en un solo lugar, y a quienes pasan caminando no molestan, esto lo expreso por lo que vi, no sabemos si ocurre o no molestias a los transeúntes.
El tema del casco, será un tema que deberá trabajar muchos el área de tránsito, consideramos que mas del 80 % no lo usa. La pregunta ¿Es obligatorio usarlo? Porque ahí estaría la respuesta al alto porcentaje que no lo usa, que no es de ahora, muchos años que se tiene este problema.
Otros de los problemas viejos o de arrastre, ver conductores de autos o vehículos de cuatro ruedas y dos ruedas, manejando y hablando por celular.
Todo es una cuestión de conciencia y cultura de cada individuo, no es novedad que necesitamos que alguien nos haga una multa o que nos detenga la policía para entender que hay algo que no se puede hacer, pero a la primera de cambio lo volvemos hacer.