Cada 18 de mayo, nuestro país conmemora el Día de la Escarapela, una fecha que nos invita a recordar y valorar el significado histórico de esta insignia nacional. Fue el Consejo Nacional de Educación quien, en 1934, estableció esta conmemoración para rendir homenaje a la escarapela utilizada en 1812 por pedido del General Manuel Belgrano.
La iniciativa de celebrar este día surgió gracias a la directora de la entonces Escuela N.º 4 del Consejo de Educación 9º, la profesora Carmen Cabrera, y los profesores Benito A. Favre y Antonio Ardissono, director y vicedirector, respectivamente, de la Escuela N.º 11 del mismo distrito.
El Consejo Nacional de Educación, en su resolución del 4 de abril de 1941, estableció oficialmente el 18 de mayo como el Día de la Escarapela. A partir de entonces, esta fecha se incluyó en el calendario escolar como un día importante para reflexionar sobre nuestra identidad nacional.
En el año 1812, el General Manuel Belgrano, con el objetivo de diferenciarse del ejército invasor realista, decidió adoptar la escarapela como un símbolo para todas las tropas del ejército revolucionario. Fue en la ciudad de Rosario, el 13 de febrero de ese mismo año, donde Belgrano solicitó al Primer Triunvirato que autorizara el uso de la escarapela con los colores celeste y blanco para representar a las Provincias Unidas del Río de La Plata. La solicitud fue aceptada el 18 de febrero, estableciendo así los colores que hoy en día identifican a nuestra patria. Mientras tanto, el ejército enemigo utilizaba la escarapela de color rojo.
Según el Museo Histórico Nacional, el uso de la escarapela como distintivo entre los ejércitos de España se hizo costumbre durante el siglo XVIII. En aquel entonces, las escarapelas variaban en forma, pudiendo ser lazos o moños, hasta que finalmente se estableció la forma actual conocida como roseta.
En este Día de la Escarapela, recordemos la importancia de este símbolo patrio que representa nuestra identidad y unidad como nación. Es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra historia y valorar los sacrificios y luchas de aquellos que nos precedieron.