El secretario general de Desarrollo Social, Paulo Cassinerio, encabezó la firma de un convenio a través del cual se otorgan fondos a la Fundación Jean Maggi para la fabricación de bicicletas adaptadas y la finalización de la obra donde será la nueva sede de la institución.
Esto es posible gracias al Sistema Provincial de Promoción en Red de la Solidaridad Social, conocido como Fondo Ayudar, que prevé apoyo económico proveniente del sector público y privado a proyectos de alto impacto social y productivo.
Esta iniciativa fue seleccionada por el Comité Ejecutivo del Consejo Provincial de Políticas Sociales por su proyecto “Movilidad Inclusiva”, cuya principal acción es la capacitación y producción de bicicletas adaptadas.
La Fundación Jean Maggi fabricará 30 nuevas unidades para ser entregadas en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra cada 3 de diciembre. Además, prevé acompañar la obra de la nueva sede, que una vez concluida, permitirá ampliar la producción de bicicletas y sumar nuevo personal.
Esta acción busca contribuir, por un lado, a que más niños con discapacidad motriz de bajos recursos puedan acceder a una bicicleta y con ello tengan un medio de transporte sustentable, y por el otro, a mantener activa “Súper Adaptados La Fábrica”, de manera de seguir dando trabajo a jóvenes con discapacidad, integrándolos a la cadena productiva y garantizándoles derechos y condiciones laborales dignas.
La Fundación percibirá casi 11 millones de pesos en dos tramos, previa rendición de cuentas del desembolso anterior.
Jean Maggi, presidente de la fundación, detalló la importancia de este proyecto que permite a niños y jóvenes “tener más independencia, algunos pueden ir al colegio, otros a trabajar o simplemente para recrearse o convertirse en deportistas”.
Este espacio además brinda oportunidades laborales. “La particularidad que tiene la fábrica es que todos los integrantes que trabajan en ella tienen una discapacidad motriz”, añadió.
Por su parte, Elias Moyano, integrante de la fundación, contó que llegó a este espacio en el año 2018 cuando recibió su bicicleta adaptada.
“Después que la fundación me otorgó movimiento gracias a esa bicicleta y también me abrió las puertas al mundo laboral ofreciéndome un puesto en la fábrica, hoy soy el encargado del taller”, relató.
“Para mí trabajar en la fábrica es un orgullo, ya que podemos replicar nuestro sentimiento al recibir nuestra bicicleta adaptada y podemos también otorgar más movimiento a las personas con discapacidad motriz y la verdad que en cada bicicleta se ve una parte nuestra y es un orgullo tremendo”, agregó.