En medio de crecientes preocupaciones por el cambio climático, la Antártida ha sido testigo de un hecho alarmante: un bloque de hielo del tamaño de la Argentina ha desaparecido sin precedentes. Los expertos han anunciado que el hielo no se ha recuperado, como suele ocurrir durante la época invernal, tras su pérdida en febrero de este año.
Mientras Europa experimenta una de sus temporadas más calurosas con récords de temperaturas máximas siendo superados, el hemisferio sur también se enfrenta a un invierno más cálido de lo habitual. En este contexto, la Antártida ha empezado a mostrar resultados negativos relacionados con su extensa capa de hielo.
Según el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve, la superficie de hielo registrada en la Antártida está actualmente 2,6 millones de kilómetros cuadrados (km²) por debajo del récord anterior del invierno del 2022, que fue de 2,1 millones. Esta cifra se acerca peligrosamente a la extensión territorial de Argentina, que cuenta con 2,7 millones km².
“Este nivel de variación es tan extremo que algo radical ha cambiado en los últimos dos años, especialmente en el último año”, advierte Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado Boulder.
La Antártida, conocida por albergar el 90 por ciento del hielo del mundo, ha tomado un protagonismo preocupante en el contexto del calentamiento global. Aunque el aumento de las temperaturas en todos los continentes es el principal factor detrás de este deshielo acelerado, los científicos están investigando por qué la tasa ha aumentado de manera tan drástica en los últimos años en comparación con los primeros 45 años en que se comenzó a monitorear la superficie de la Antártida.
El preocupante fenómeno del deshielo en la Antártida subraya la urgencia de tomar medidas globales para combatir el cambio climático y proteger el planeta de los efectos que ya están presentes en este vasto continente helado.