El próximo domingo se avecina como un día crucial para el futuro político de Argentina, ya que se definirá la nueva composición del Congreso. Sea cual sea el resultado de la segunda vuelta electoral para elegir al próximo presidente, es un hecho que el mandatario electo gobernará sin mayoría propia tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
El 10 de diciembre se renovará la mitad de la Cámara de Diputados, lo que equivale a 130 bancas de las 257 totales, y un tercio del Senado, que implica 24 de las 72 bancas, distribuidas en ocho distritos.
Las elecciones primarias de agosto dejaron claro que ningún presidente entrante tendrá la mayoría en ninguna de las dos Cámaras, lo que ya fue una situación enfrentada por anteriores mandatarios como Mauricio Macri y Alberto Fernández, excepto en el Senado, donde el oficialismo mantuvo la mayoría hasta febrero.
En la Cámara de Diputados, la coalición de Juntos por el Cambio se encuentra en una posición favorable según las PASO, ya que podrían asegurarse la primera minoría. A pesar de que las estimaciones indican que podrían perder algunas bancas y bajar de 117 a 107, seguirían siendo la bancada más cercana al quórum de 129. Sin embargo, el resultado del balotaje podría desencadenar una posible ruptura dentro de la coalición, planteando interrogantes sobre el futuro de los bloques parlamentarios.
El frente Unión por la Patria (anteriormente conocido como el Frente de Todos) se posiciona como la segunda minoría en Diputados, con 94 diputados. No obstante, la configuración de esta fuerza dependerá del resultado de las elecciones generales de Sergio Massa.
La sorpresa en estas elecciones ha sido el crecimiento exponencial de Javier Milei y su espacio “La Libertad Avanza”. Aunque en las PASO obtuvieron un número significativo de votos, incluso superando a algunos partidos tradicionales, no alcanzarían ni un tercio de las bancas en la Cámara de Diputados.
En el Senado, el equilibrio de poder también se encuentra en juego. Unión por la Patria mantendría su representación actual de 31 senadores, quedando a seis del quórum de 37. Por su parte, Juntos por el Cambio perdería bancas a manos de Milei, disminuyendo de 33 a 27 senadores.
La ascensión de Milei en el Senado sería impresionante, pasando de no tener representantes a contar con ocho, si logra repetir las victorias en Jujuy, La Rioja y San Luis, donde obtendría dos bancas por mayoría en cada provincia, además de dos bancas por minoría en Formosa y San Juan.
En definitiva, las elecciones del domingo no solo determinarán quién será el próximo presidente de Argentina, sino también la configuración del Congreso, lo que tendrá un impacto en la capacidad de gobernar y llevar a cabo reformas en el país.