Lo que muchos predecían fue verificado por el Servicio Meteorológico Nacional. Altas temperaturas, escasez de lluvias y por ende grandes sequías, estos fueron los puntos claves para desencadenar el tercer periodo más seco y caluroso desde 1961.
La sequía superó con creces las bajas expectativas luego de que el SMN comunicará que se registró un 29,1% menos de lluvias que lo normal.
Si bien existen algunas ubicaciones que ya no sufren de olas de calor, las alertas por altas temperaturas siguen en todo el país. Ante este panorama, el organismo meteorológico había declarado una alerta roja para el AMBA y gran parte de las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, que también se encuentran bajo advertencias por calor.
Semanas atrás, entre el 2 y el 14 de febrero, casi la totalidad del país atravesó lo que fue la última ola de calor. La cual registró récords de temperaturas en 27 aglomerados urbanos.
Estas condiciones climatológicas conducen a una mayor evaporación, lo que resulta en el secado del suelo, mayor estrés de las plantas e impactos en la agricultura, incluso en regiones donde no se esperan grandes cambios en precipitaciones. Por lo que de continuar esta tendencia, la Bolsa de Cereales advirtió que la actual proyección de producción podría registrar nuevos cambios, resultando en amplias catástrofes a niveles económicos.