En el marco del primer debate presidencial del 2023, el candidato de “Hacemos por Nuestro País”, Juan Schiaretti, se erigió como el defensor del “cordobesismo”, un movimiento político que ha marcado la provincia mediterránea por más de dos décadas. En su alocución, instó a la dirigencia a dejar atrás la “grieta” y propuso acuerdos para superar la crisis que acecha al país, situándolo al borde de la hiperinflación.
Con un discurso mesurado, Schiaretti evitó los ataques directos hacia sus contrincantes, pero también se mostró parco en cuanto a propuestas de campaña, lo que le impidió destacarse frente a figuras como Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich.
El mandatario cordobés centró su exposición en un análisis de su gestión al frente de la provincia, destacando logros como la reducción del costo político, la implementación de pruebas de desempeño para estudiantes y la expansión de las escuelas técnicas. De este modo, insinuó que su modelo de gestión provincial podría extrapolarse a nivel nacional.
Para enfrentar la inflación, planteó la eliminación del déficit fiscal, proponiendo medidas como la reducción del gasto de empresas públicas, la independencia del Banco Central y la supresión de la “convergencia de funciones”. Estas propuestas guardan similitud con iniciativas planteadas por referentes de Cambiemos en 2015, poco después de asumir el poder.
En contraposición, rechazó las propuestas de dolarización de la economía, como las promovidas por Javier Milei, así como la convergencia de monedas sugerida por el economista Carlos Melconian, destacado miembro de Juntos por el Cambio.
En un diagnóstico crítico sobre la actual situación económica, Schiaretti censuró a Massa y Bullrich por representar, en su opinión, a los dos últimos gobiernos que no lograron resolver los problemas económicos del país, señalando incrementos en inflación y pobreza durante sus mandatos.
El candidato no dejó de lado su historia y experiencia política, recordando su participación en el “Cordobazo” de 1969, un hito de la protesta estudiantil y obrera contra el gobierno de Onganía. Resaltó la importancia de la democracia y el respeto a las instituciones como aprendizajes clave de esos tiempos.
En el ámbito de los Derechos Humanos, Schiaretti subrayó que son un patrimonio de todos los argentinos y no pueden ser monopolizados por ningún grupo político, una indirecta crítica al kirchnerismo. En este contexto, llamó a la clase política a superar la “grieta”, un término que parece haber perdido vigencia tras la irrupción de Javier Milei en la escena electoral.
Finalmente, Schiaretti defendió a su provincia, Córdoba, de las críticas por la falta de apoyo de los gobiernos kirchneristas, sosteniendo que “nos tenemos que bancar solos en Córdoba”. También respondió a la acusación de “menemista” de Myriam Bregman, recordando que el bloque de izquierda suele votar en sintonía con el kirchnerismo.