Las recientes precipitaciones que afectaron a Córdoba, trajeron un notable alivio a los ríos serranos, que sufrían los efectos de una prolongada sequía. Las lluvias comenzaron el martes en la madrugada y continuaron durante el miércoles, provocando crecidas en diversas cuencas y subiendo considerablemente los niveles de agua en diques y lagos.
En Cuesta Blanca, la crecida alcanzó los 2,9 metros, lo que obligó al Departamento de Unidades de Alto Riesgo (DUAR) a cerrar todos los vados sobre el río San Antonio. En otros puntos, como el Balneario La Toma, se registró una subida de 3 metros, mientras que en Cabalango la crecida fue de un metro.
El lago San Roque experimentó una subida de casi un metro, lo que fue destacado por el Secretario de Infraestructura Hídrica, Edgar Casteló: “Las lluvias han sido muy positivas. El lago ha subido 83 centímetros desde la semana pasada y seguirá subiendo”. Además, diques como Los Molinos, La Quebrada y La Viña también vieron un importante aumento en sus niveles.
En el departamento Santa María, el río Anisacate creció tres metros, lo que generó el cierre preventivo del puente 9 de Julio. Mientras tanto, en Calamuchita y Traslasierra, los ríos también se vieron beneficiados, con crecidas en el Santa Rosa, Mina Clavero, Panaholma y Río Chico de Nono.
Estas lluvias brindaron un respiro a los ecosistemas de la región, pero también ponen en alerta a las localidades cercanas a los ríos, donde la situación seguirá siendo monitoreada.