En un enérgico discurso ante un selecto grupo de empresarios, el candidato presidencial de la Libertad Avanza, Javier Milei, advirtió sobre la posibilidad de que Argentina se enfrente a la peor crisis económica de su historia. Frente al Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), trazó un diagnóstico sombrío, comparando la situación actual con elementos de crisis pasadas.
“La Argentina está frente a lo que podría llegar a ser la peor crisis de la historia económica. Combina elementos de la crisis del Rodrigazo, de la hiperinflación de (Raúl) Alfonsín y de lo que fue la crisis del 2001-2002”, declaró en respuesta a la pregunta del titular del Cicyp, Marcos Pereda.
El candidato libertario destacó el desequilibrio monetario actual, señalando que la demanda nacional de dinero supera significativamente a la observada, comparando la situación con el periodo previo al Rodrigazo en 1975. Enfáticamente, afirmó que la situación actual es “muchísimo peor” y podría desencadenar una crisis de proporciones históricas.
Milei no escatimó críticas al actual gobierno y su política económica, particularmente en relación con el cepo cambiario. Ante el círculo rojo de empresarios, expresó su desacuerdo moral y técnico con las restricciones cambiarias. “¿Por qué el Gobierno tiene que decidir qué puedo comprar o no? Es un cercenamiento a la libertad, es inmoral. No me dejan disponer del fruto de mi trabajo”, enfatizó.
Además, hizo un llamado a la rebelión empresarial, instando a los presentes a no permitir que el Gobierno restrinja su libertad económica. “No se dejen robar. No se dejen que les maltraten el derecho de propiedad de esa manera. ¡Hay un momento que hay que rebelarse! ¡Es ahora!”, exclamó.
En cuanto a sus propuestas para abordar los desafíos económicos, Milei reiteró su plan de iniciativa privada y señaló la importancia de la secuencialidad en la implementación de reformas. Confirmó su alianza con Estados Unidos e Israel, rechazando cualquier posibilidad de alianza con regímenes comunistas.
Acompañado por figuras clave de su eventual gabinete, como Guillermo Ferraro, posible ministro de Infraestructura, respondió a preguntas sobre el déficit en infraestructura y reafirmó su compromiso con una apertura económica unilateral, condicionada a reformas fiscales y laborales para hacer a Argentina competitiva.