La ducha, baño de inmersión o el proceso de bañarse es algo que comúnmente se relaciona con la relajación, distensión y la creatividad. Y es que a quien no le ha pasado que entra a ducharse y automáticamente comienza a tener muy buenas ideas de qué hacer con su vida, como solucionar algún problema o hasta algunos toman decisiones sumamente importantes referidas a lo laboral y demás.
Por supuesto que esto ahora tiene su aval científico, ya que recientemente se realizó un estudio que demuestra que cuanto menor sea la demanda mental requerida, mayor creatividad logran desempeñar las personas ¿Y qué hay menos estresante y demandante que darse una ducha?
En conclusión, cuando nos bañamos las conexiones cerebrales, trabajan sin presión y de forma automática con base en sus experiencias pasadas y conocimientos adquiridos. Por ello, es más común que sea en ese momento cuando se consiga resolver diversas problemáticas y situaciones.