Un trágico accidente puso a una paramédica de Canadá, sin saberlo, a atender a su propia hija e intentar salvarle la vida.
Al llegar a la escena, Jayme Erickson intentó salvar la vida de la adolescente sin éxito. Tras confirmarse el fallecimiento, recibió una noticia devastadora: se trataba de su propia hija.
Jayme fue solicitada para socorrer a víctimas de un siniestro automovilístico. Al llegar a la escena procedió a sacar a la accidentada del auto y proporcionarle atención, sin embargo, poco después, la joven fue trasladada al hospital y perdió la vida.
Al momento de tratar con la víctima, Erickson no pudo reconocer de quién se trataba debido a la extrema gravedad de las lesiones. No fue sino hasta que llegó a su casa que la buscaron agentes de la Real Policía Montada de Canadá (RCPM), quienes le informaron que la paciente fallecida era Montana, su hija de 17 años.