Cada 3 de noviembre, el mundo gastronómico se une para celebrar uno de los platos más populares y simples: el sándwich. Su origen se remonta al siglo XVIII y se atribuye al inglés John Montagu, Conde de Sándwich, un apasionado de los juegos de cartas y la cocina.
La leyenda cuenta que el Conde, buscando una solución para no ensuciar los naipes durante sus partidas, tuvo la brillante idea de colocar la carne entre dos pedazos de pan. Así nació el famoso sándwich, un plato que perduró en la historia y se convirtió en una opción rápida y versátil para millones de personas en todo el mundo.
Aunque no hay una fecha exacta de su creación, se dice que el propio Conde mencionó el término “sándwich” en su testamento, y este fue oficialmente reconocido por la Real Academia Española en 1927.
Sin embargo, hay quienes argumentan que tiene raíces aún más antiguas, remontándose a las civilizaciones egipcia y sumeria, donde se preparaban platos similares con pan y diferentes rellenos.
En cuanto a su llegada a Argentina, existen diversas teorías sobre quiénes fueron los responsables de introducir este manjar al país. A pesar de la creencia popular de que fueron los españoles, las evidencias apuntan hacia los italianos.
Se dice que el antecedente del sándwich en Argentina es el tramezzino, un platillo muy similar a los sándwiches de miga, originario de Turín. Esta deliciosa creación se ha convertido en un clásico argentino, presente en bares, restaurantes y hogares de todo el país.