En medio de la creciente crisis económica que azota la provincia de Córdoba, el consumo de alimentos ha registrado una preocupante disminución del 12,2% durante el último año, según informes del Centro de Almaceneros.
El titular de esta institución, Germán Romero, expuso los dramáticos cambios que experimentó el patrón de consumo y alimentación en la región. Explicó que la población ha transitado de la preferencia por primeras marcas a segundas y terceras, y posteriormente a una etapa de resignación de proteínas en favor de carbohidratos como arroz, fideos y papas.
Sin embargo, el panorama ha empeorado aún más. En la actualidad, muchas familias se ven obligadas a restringir sus ingestas, dejando de lado alguna de las comidas recomendadas. “Hoy tenemos familias que no cenan, empiezan los mayores por no cenar o no almorzar para que sus hijos puedan hacerlo, pero lo cierto es que ya no le alcanza a todas las familias para cenar”, lamentó Romero.
El representante del Centro de Almaceneros expresó su consternación ante la realidad de niños que pasan largas horas sin almorzar, o que se ven forzados a prolongar la merienda con el fin de calmar el hambre hasta la siguiente comida.
Finalmente, advirtió sobre un nuevo fenómeno que aqueja a los argentinos: trabajadores en situación de empleo formal, que se encuentran por debajo de la línea de pobreza e incluso de indigencia. Esta triste realidad se sustenta en la alta inflación, la pérdida de poder adquisitivo y la escasez de recursos que afecta a vastos sectores de la sociedad cordobesa.