En los primeros seis meses del año, el flujo de divisas a Argentina proveniente de sus ciudadanos residentes en el extranjero experimentó un incremento del 26,3%, marcando el mayor salto entre las naciones sudamericanas, según un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La investigación, basada en cálculos propios utilizando datos de los bancos centrales, reveló que este fenómeno se atribuye principalmente a la devaluación que sufrió la moneda local, el peso argentino. Este factor motivó a los migrantes argentinos a enviar mayores recursos financieros para respaldar a sus familiares en medio de la difícil coyuntura económica.
Argentina se destaca como el país sudamericano donde más creció el envío de dinero desde el extranjero durante el primer semestre del año, superando a naciones vecinas como Paraguay, que registró un aumento del 20,3%.
En contraste, Brasil muestra tasas de crecimiento negativas del -8,7%, atribuidas en parte al inusual crecimiento observado el año anterior (22,5%), lo que distorsiona la comparación.
En cuanto a las fuentes de las remesas, el informe destacó que en Sudamérica, menos de la mitad proviene de Estados Unidos (35,7%), mientras que el 36,2% tiene su origen en Europa, con España liderando con un 19,7%. En el caso de Argentina, las dos principales fuentes de envío son Estados Unidos (37,9%) y España (34,4%).
A nivel latinoamericano, el estudio proyecta que las remesas continuarán su tendencia creciente, con tasas de crecimiento promedio del 9,5% en el primer semestre de 2023, ligeramente inferiores al cierre de 2022. Se espera que este crecimiento implique un ingreso cercano a los 156 mil millones de dólares al cierre del año, marcando quince años consecutivos de crecimiento.