El pasado 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado el fin de la emergencia sanitaria global por COVID-19. Este anuncio marca un hito en la lucha contra la pandemia, que ha causado tanto dolor y sufrimiento en todo el mundo.
Sin embargo, no podemos olvidar el arduo trabajo y sacrificio de las enfermeras, médicos y personal de salud de Arroyito, quienes durante los últimos años han dejado gran parte de sus vidas para cuidar a la población en medio de circunstancias extremadamente difíciles. Estos héroes anónimos han estado en la primera línea de la pandemia, arriesgando sus propias vidas para salvar las de otros.
A lo largo de la pandemia, han tenido que luchar contra el cansancio, el estrés, la falta de recursos y el riesgo constante de contraer la enfermedad. Han trabajado horas interminables, muchos sin descanso, sin ver a sus familias y amigos. Han sido testigos de momentos desgarradores, consolando a pacientes que morían solos, sin la presencia de sus seres queridos.
Pero en medio de todo esto, nunca perdieron la esperanza y la determinación. Siempre siguieron adelante, dando lo mejor de sí mismos en todo momento, sin importar las circunstancias. Fueron un ejemplo de entrega y compromiso, y merecen todo nuestro respeto y gratitud.
Aunque la pandemia aún sigue siendo una enfermedad presente, estamos avanzando en la dirección correcta. Gracias a su esfuerzo y sacrificio, y al de tantos otros trabajadores de la salud en todo el mundo.