En medio de la creciente tensión política que ha sacudido a la coalición opositora Juntos por el Cambio, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, anunció el miércoles por la noche su decisión de mantenerse neutral en la próxima carrera presidencial, distanciándose tanto del candidato liberal Javier Milei como del ministro de Economía, Sergio Massa. Esta declaración se produce después de que la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hiciera público su apoyo a Milei, lo que profundizó las divisiones dentro del espacio político.
En un discurso en el que expresó su visión con una firmeza característica, Larreta señaló que ambas opciones representan un futuro de “más dolor, más angustia y más sufrimiento” para los argentinos. Hizo hincapié en su rechazo a Massa, al que calificó como “la reelección del populismo kirchnerista” y culpó de la hiperinflación y la devaluación de la moneda. Además, descartó cualquier posibilidad de integrar un gobierno del oficialismo, desmintiendo los rumores sobre acuerdos subterráneos.
Larreta no ahorró críticas hacia Milei, al que consideró un peligroso “salto al vacío” y un propagador de ideas extremas que no comparte. Se opuso a propuestas como la venta libre de armas, la venta de órganos, la dolarización sin respaldo y una educación selectiva. También cuestionó la actitud agresiva del candidato libertario y la falta de moderación en sus discursos, destacando que este enfoque no es lo que Argentina necesita en estos tiempos difíciles.
Sin embargo, reconoció la derrota de Juntos por el Cambio en las elecciones recientes y expresó la necesidad de autocrítica por parte del partido. Destacó que la coalición debe aprender de sus errores y comprender por qué los votantes han buscado otras opciones. Además, afirmó que está en un proceso personal de reflexión y aprendizaje.
Declaró que no apoyará a ningún candidato que perjudique a los argentinos y se negó a caer en la “trampa” de elegir entre dos opciones que considera “catastróficas”. En lugar de ello, se comprometió a trabajar para mantener a Juntos por el Cambio unido y fuerte como una oposición sólida y efectiva frente a cualquier gobierno que emerja de las elecciones.
Concluyó su discurso con un llamado a la unidad dentro de la coalición para defender los intereses de los argentinos, al tiempo que reiteró su convicción de que ambas opciones presidenciales son perjudiciales para el país.