José “Pepe” Calfanca, un neuquino que hace 25 años recibió un par de zapatillas para jugar al fútbol y ese gesto le cambió la vida.
A raíz de ello hoy se encarga de generar lo mismo en niños que sufren de diferentes carencias.
Él es director técnico, junto a su esposa recorren diferentes canchitas de su barrio en busca de pequeños jugadores que no posean botines en estado para desempeñar el deporte y ellos son los encargados de regalarles unos nuevos.
Esta iniciativa recibe el nombre de “Botines Mágicos”.
La gente es quien se acerca a donar el calzado deportivo en buen estado, Pepe y su mujer le cambian los cordones, plantillas y pegan, para alegrar así a cientos de niños.