José Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras más emblemáticas de la izquierda latinoamericana, falleció en la tarde del martes, a los 89 años tras una larga lucha contra el cáncer. El dirigente del Frente Amplio será despedido con un funeral de Estado y una capilla ardiente que funcionará durante 24 horas en el Palacio Legislativo, según informaron fuentes del oficialismo.
El homenaje incluirá una caravana que recorrerá lugares simbólicos de Montevideo, comenzando a las 10 de la mañana en la Torre Ejecutiva y pasando por el local del MLN Tupamaros, la Huella de Seregni y la sede del Movimiento de Participación Popular (MPP), antes de arribar al Parlamento.
Como parte del protocolo oficial, se decretaron tres días de duelo nacional y quedaron suspendidas las sesiones legislativas previstas para martes y miércoles. Además, los eventos programados en las salas del Palacio Legislativo fueron cancelados hasta nuevo aviso.
Mujica había manifestado en vida su deseo de ser enterrado en su chacra de Rincón del Cerro, junto a su perra Manuela y un sequoia que plantó en el lugar. El proceso para concretar ese pedido había sido iniciado por el propio expresidente. También se evalúa una posible cremación en el cementerio Martinelli.
Durante los últimos días, su estado de salud se había agravado notoriamente. El domingo pasado, Mujica no participó en las elecciones internas, hecho inédito desde la vuelta de la democracia, lo que encendió las alarmas. Su esposa, Lucía Topolansky, confirmó ese día que se encontraba en una etapa terminal.
La noticia de su fallecimiento generó una oleada de mensajes de condolencia desde todos los sectores políticos uruguayos y de líderes internacionales como Pedro Sánchez, Claudia Sheinbaum e Irene Montero. También se espera la llegada de mandatarios extranjeros, entre ellos el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para rendir homenaje al exmandatario uruguayo.