¿Cuántas veces escuchamos que al que madruga Dios lo ayuda? Bueno, este dicho tiene muchas razones de ser que son avaladas a nivel científico y psicológico.
Y es que actualmente hay múltiples estudios que demuestran que salir de la cama a horas más tempranas trae consigo diversos beneficios.
Levantarse temprano para evitar la depresión: Corregir los patrones del sueño, acostándose a horas adecuadas y amaneciendo con prontitud, son acciones que no solo mejoran la calidad de vida, sino que además ayudan para prevenir la recaída en pacientes que han sufrido depresión.
Mejor humor: La luz natural de la mañana puede afectar positivamente en el estado de ánimo y también en la dinámica del sueño. Esto sería posible gracias a que la luz natural influiría positivamente en la regulación del sueño entre la melatonina y la serotonina.
Evita el riesgo de contraer enfermedades: Quienes madrugan estarían menos expuestos al riesgo de desarrollar enfermedades que afecten al sistema cardiovascular o diabetes tipo 2, puesto que contarían con la posibilidad y el tiempo de seguir una alimentación más saludable y equilibrada.
Mejora de nuestras funciones cognitivas: Los estudios apuntan a que las personas más madrugadoras tienen tendencia a concentrarse mejor y a estar más alerta o con energía a lo largo del día.
Reduce el estrés: Despertarse de madrugada también puede ayudarnos a controlar el estrés y a terminar nuestras tareas sin la necesidad de tener tiempo adicional ni presión.
Cambiar de hábitos suele ser complicado al principio, ¿Pero sabías que toda acción repetida más de 25 veces se vuelve una rutina y empezamos a hacerlo instintivamente?