El Senado de la Nación dio luz verde de manera rápida y sin discusión a un acuerdo que incrementará las dietas de los senadores. Con un gesto de manos alzadas, la medida fue aprobada, llevando el salario bruto de los legisladores de $1.900.000 a $6.700.000 de pesos.
La decisión, que sorprendió por su celeridad y falta de debate, fue tratada sobre tablas, ya que no estaba prevista en la sesión convocada para el miércoles. La propuesta encontró el respaldo de una coalición de legisladores encabezada por Juan Carlos Romero, Lucila Crexell y Pablo Blanco, entre otros, y contó con el aval explícito de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien manifestó previamente su preocupación por la baja remuneración de los representantes políticos.
El proyecto de resolución establece una dieta compuesta por 2.500 módulos, más 1.000 módulos adicionales para gastos de representación, junto con otros 500 módulos por concepto de desarraigo.
Inicialmente, se había previsto que el aumento elevaría el salario bruto de los senadores por encima de los $6.700.000, con un neto de $4.500.000. Sin embargo, tras una discusión interna, se resolvió ajustar las dietas para que los legisladores perciban poco más de $3.000.000 de bolsillo.