La ketamina es un tipo inusual de droga psicodélica, llamada disociativa, que durante décadas se utilizó con fines veterinarios, es decir para uso exclusivo en animales siendo empleada como anestésico.
La misma se había clasificado como una droga de uso indebido bajo el apodo de “K especial”.
Sin embargo en la actualidad ésta resurgió y ahora con un nuevo fin; tratar a pacientes depresivos que muestran resistencia al tratamiento, es decir, la depresión severa que no mejoró a través de otras terapias, incluidas las personas que experimentan pensamientos suicidas.
“Esto se receta cuando un paciente, después de seguir un tratamiento con dos clases diferentes de antidepresivos por más de seis semanas en dosis terapéuticas, no presenta ninguna mejora”, explica el psiquiatra Wagner Gattaz.
Así mismo todos los pacientes a los que les sea administrada dicha droga deberán hacer uso de la misma bajo estricta supervisión médica.