La inflación viene azotando fuerte a la Argentina y sus múltiples rubros. Si bien los que más preocupan son aquellos que se mantienen afines a las necesidades básicas, el gran aumento en textiles también genera inquietud.
El 2022 arrojó la inflación más alta en las últimas 3 décadas, presentando una mayor alza en todo el periodo, con un 120,8% en prendas de vestir y calzado.
En el panorama inflacionario del sector, los factores que incidieron son varios, sin embargo, el presidente de la Fundación Pro Tejer, Luciano Galfione, enumeró dos centrales:
“Hay menos talleres que los que se necesitan para confeccionar. Eso hace presión sobre los precios porque hay más demanda que oferta”.
Venimos de una crisis desde 2018 y 2019 en la que perdimos miles de talleres. Con la pandemia se acrecentó, muchos eran conducidos y ejecutados por personas de países limítrofes. Muchos con la pandemia y la crisis se terminaron yendo a sus países. Nos quedamos sin mano de obra calificada. Cuando volvió el trabajo industrial nosotros empezamos a contratar gente, todavía hace falta y la capacitación lleva tiempo”.
Y el segundo factor no se mantiene alejado de lo que padecen la mayoría de las industrias en el país; la escasez de insumos no fabricados en Argentina, con imposibilidad de importación por las restricciones de acceso al dólar.
“El textil si bien utiliza una buena parte fibras naturales que están en Argentina como el algodón, tiene toda una parte de fibras sintéticas que necesitan materia prima importada sencillamente porque las materias primas básicas no tienen fabricación nacional. Son productos complementarios y no sustitutivos, sin fibra sintética, no puedo coser algodón por ejemplo”, continuaba el empresario Luciano Galfione.